sábado, 3 de mayo de 2014

Pinpilinpauxa (Mariposa)

Al fin y al cabo, todos pasamos por una fase de la vida en la que somos unos completos capullos. ¿Verdad? La edad, momento y duración de ese estado suele variar dependiendo de la persona. Pero antes de que os llevéis las manos a la cabeza y neguéis rotundamente esa afirmación os diré algo que os va a tranquilizar: Nos pasa a todos. Es un estado natural de la evolución intrínseca del ser humano.

Con calma. Los primeros años de la vida somos esponjas, orugas, que pasamos la mayor parte del tiempo absorbiendo información de nuestro alrededor. Devorando, ávidos de más, todo lo que la vida ofrece. Hasta la fecha ha sido siempre así ¿No? Quiero decir... No he visto a nadie nacer siendo ya un capullo.

Una vez el ser que somos le llega el momento, todo eso que tenemos dentro se coagula, nos arrastra, nos hace dejar de absorber más. Nos bloquea la evolución natural de nuestro ser y nos encierra en un estado semiconsciente en el que, como norma general, tendemos a cometer errores. Es decir, nos volvemos un poco capullos.

No tengáis miedo. Os lo digo a todos y todas. No tengáis miedo de ser unos capullos en algún punto de vuestra vida. No impidáis que eso ocurra. Cometed errores. Dejad que ocurran. ¿Duelen? Claro que si. El dolor es necesario en la vida. Nos ayuda a aprender, nos ayuda a sentir que aún seguimos vivos. Sobretodo, lo más importante, sacad todo lo bueno que podáis de los errores cometidos. Aprended.

Un día, todo capullo se abre si ha germinado correctamente toda esa experiencia a base de errores. -No todos se abren, hay gente que permanece haciendo el capullo toda la vida.- y se produce otro proceso aún más vital que el anterior.

Florece la nueva persona. Nace el ser auténtico de cada uno, desde las entrañas del capullo sale toda la nueva energía con la que ahora os empezaréis a mover por la vida como un ser total y completo. ¿Aún se pueden cometer errores? Claro, y aprender de ellos también. ¿La diferencia? Digamos que no la puedo explicar, pues eso se siente. Pero una versión resumida es que cuando ya no eres un capullo, los errores se sienten, solucionan y viven de una manera diferente. 

Después de toda esta parrafada ambigua y aparentemente profunda -realmente es una capullada- os digo a todos, amigos y amigas, que no tengáis miedo a los errores y a vivir cada aspecto de la vida que pueda estar a vuestro alcance.


1 comentario:

  1. Claro...y yo voy a ser una hermosa...POLILLA.
    al menos los que se quedan en capullo tienen una utilidad...hervidos sirven para hacer camisas (chistaco)

    ResponderEliminar